domingo, 3 de noviembre de 2013

Medusas.



Nunca tuve una buena amistad. Me refiero al tipo de amistad que hubiese deseado tener. Una estrecha y abierta amistad. Con libros, café y jazz de por medio. Con charlas filosóficas y al menos un viernes de drogas. Nunca tuve un amigo, al menos uno, que captara mi visión de vida. Perdía el tiempo intentando explicar algo que, por naturaleza, no podían digerir. Entonces guardé todos mis intentos. Los doblé con cuidado y los metí en mi bolsillo. Cedí ante las noches de alcohol y chistes sin sentido. Ante fines de semana de almuerzo y noticiarios. Fiestas con música molesta y luces atrofiadas. Cedí en todo aspecto. Hasta participé en bingos y aeróbicos de centro comercial. Cedí pues no había forma de obtener una respuesta medianamente coherente. O no al menos una satisfactoria. Traté de ser "normal" y aquí me tienen. En casa de mis padres. Escribiendo tonterías en un blog. Soñando con ese porro que me llevará a ver medusas. Deseando acabar con este insomnio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario