miércoles, 10 de julio de 2013

Césped.















Tuvimos días bastante buenos. A pesar de mi carácter y tus ausencias, los tuvimos. A pesar del mundo que parecía caérsenos encima, los rescatamos. Días para recordar. Para enmarcar. Para dejar intactos. Para sonreír más adelante. Días para volver. Para sentir que fuimos parte de algo. Que fuimos felices. Que nos sentimos plenos.
¿Recuerdas? ¿Escalando la montaña? Creíamos ser reyes. Ser dueños. Ser dioses. Creíamos todo. Hasta en el amor. Hasta en santa. Hasta en nosotros. Creíamos y nadie podía arruinarlo. Ni la lluvia. Ni el excesivo sol. Ni el trabajo. Ni la escuela. Ni nada. Ni todo. Ni algo.
Podíamos tumbarnos en el césped. Podíamos no hacer nada. Podíamos ser infinitos. Repetitivos. Podíamos ser rocas y grandes olas. Fuertes vientos y mareas altas. Podíamos ser todo sin necesitar de nada. Y poco a poco, nos fuimos necesitando. Hasta que no queríamos nada sin el otro. Hasta que se nos fueron los sueños de tanto insomnio. Hasta que se fueron los besos de tantos celos. Hasta que se fue todo de tanto nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario